lunes, 28 de septiembre de 2009

JUSTIFICACION


Muchos jóvenes creen que algunos productos mejoran el rendimiento físico e intelectual del cuerpo, por eso recurren a las aguas aromáticas, al café, a la Coca Cola, a la aspirina y el Boom de las bebidas energizantes.

Quien no ha escuchado alguna vez en su vida a alguien en una plaza de mercado acercarse a un puesto de frutas y pedir un jugo de borojó, buscando tener la suficiente energía para no quedar mal con su pareja en la cama o jugar con todo su potencial una semifinal o final de un campeonato de cualquier deporte. "Es que eso da mucha vitamina", dicen tanto algunos consumidores como los vendedores.
"Yo una vez antes de jugar la final de un campeonato en el colegio de fútbol me tomé una aspirina con una Coca Cola. Sentí que tuve el suficiente aire para correr los 90 minutos del encuentro, pero el problema fue después, el dolor en el estómago no me lo aguantaba", contó un joven universitario que terminó en urgencias de una clínica de Bucaramanga por hacer uso de esta mezcla. "Fue la primera vez y la única en que ingerí este medicamento con gaseosa. Creo que las embarré por el hecho de tener vacío el estomago", añadió el joven arrepentido.

Claro que a otros la 'olletada' de café, la Coca Cola en ayunas, el 'termado' de té helado, la toma de complementos vitamínicos sin prescripción médica, dicen que sí les da resultado ganándole la carrera al sueño, al cansancio y la desconcentración. Se convierte en una tradición o costumbre que supuestamente les ayuda a lograr satisfacción personal, académica y por que no, hasta sexual.

Para algunos, sólo mitos, para otros, realidades que más que dar energía estimulan distintos sistemas del cuerpo para segregar sustancias que en contra de las leyes naturales, buscan que el organismo se esfuerce más de lo que puede dar. Como si un Renault cuatro se le hundiera el acelerador para tratar de hacerlo llegar a 200 kilómetros por hora.

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